• English
  • Español

Impuesto de sociedades - V0793-16 - 29/02/2016

Número de consulta: 
V0793-16
Español
DGT Organ: 
SG de Impuestos sobre las Personas Jurídicas
Fecha salida: 
29/02/2016
Normativa: 
LIS, Ley 27/2014 arts: 21, 76.2.1º a) y b), 76.5, y 89.2.
Descripción de hechos: 
<p>La entidad consultante tiene por objeto social:-La adquisición o enajenación por cualquier título, de toda clase de bienes inmuebles y su explotación mediante cualquier negocio jurídico, incluso el arrendamiento.-El estudio, redacción, realización y gestión económica de toda clase de proyectos, obras y promociones inmobiliarias, propias o ajenas, y la prestación de toda clase de servicios y gestiones técnicas, comerciales, administrativas, de dirección y explotación para el desarrollo de todo tipo de negocios inmobiliarios.-La construcción en general, por cuenta propia o ajena, incluso de obras civiles o públicas, para sí misma o para terceros, comprendidos organismos oficiales de cualquier rama o grado de las Administraciones Públicas.-La explotación por cuenta propia o ajena de establecimientos hoteleros.-Las actividades de importación, exportación y compraventa de aeronaves, así como su explotación y arrendamiento a terceros.-La gestión y administración de valores representativos de los fondos propios de entidades no residentes en territorio español.No obstante, las principales actividades económicas desarrolladas por la sociedad son el arrendamiento de bienes inmuebles y la promoción inmobiliaria, actividades de las que procede la práctica totalidad de los ingresos obtenidos por la consultante.En el activo de la consultante existen, básicamente, cuatro tipo de activos, inmuebles en arrendamiento, producto terminado (parcelas y viviendas en venta), suelo en desarrollo y suelo rústico, así como participaciones en sociedades tenedoras de suelo.La compañía tiene un importante pasivo bancario, que ha sido objeto de dos refinanciaciones, se considera que la viabilidad de la misma pasa por la entrada de inversores que inyecten liquidez a la sociedad, liquidez que permitiría una reestructuración de la deuda y el desarrollo del suelo del que es titular la consultante. Dicho pasivo bancario, al igual que el activo, tiene su origen en deuda corporativa de la propia entidad consultante y de un conjunto de sociedades vinculadas con ella que fueron absorbidas por la entidad consultante en 2009. Considerando la existencia de importantes deudas inter compañías, que la deuda se utilizó para financiar tanto la adquisición de activos como el funcionamiento de las compañías que formaron parte de la fusión y el tiempo transcurrido, no es posible identificar la deuda que sirvió para la financiación de los distintos activos.Lo que actualmente es posible identificar es el importe del pasivo bancario garantizado por cada uno de los activos, pues consta en la documentación de la última refinanciación.El capital social de la entidad consultante se distribuye de la siguiente manera: un 62,19% pertenece a la entidad A, un 10,98% a B, un 11,43% pertenece a C, un 11,31% a D y el 4,07% restante a E.La entidad A es una sociedad mercantil española, y el resto son personas físicas residentes en territorio español.Se plantea la realización de una operación de reestructuración consistente en las siguientes operaciones:1º) La aportación de las acciones de P titularidad de A, B; C, D y E a una sociedad de nueva creación X. No obstante E está incapacitada judicialmente, por lo que su aportación dependerá de autorización judicial2º) Escisión parcial de la entidad consultante a favor de una sociedad de nueva creación P1.3º) Entrada de un inversor en P1 mediante: A) suscripción de una ampliación de capital y B) compra de participaciones a X. El porcentaje total de titularidad del inversor a resultas de ambas operaciones, será del 40%. La liquidez obtenida por X por la venta de las participaciones de P1 serviría para la financiación de las actividades propias de la consultante.4º) Escisión total de la entidad consultante a favor de dos sociedades de nueva creación P2 y P3. En P2 se está negociando la entrada de inversores, mientras que en P3 la entrada de inversores de ser necesaria, se producirá más adelante cuando la promoción del suelo esté en una fase más avanzada.La finalidad que se persigue con la aportación de las acciones de la entidad consultante a X es permitir que cuando entre un inversor en P1 con una participación del 40%, X pueda mantener una participación de control en la misma, evitando así que el Inversor pueda tomar el control de P1 con alguno de los otros socios. El mismo efecto se lograría en relación con P2 y P3. No se busca una ventaja fiscal, puesto que si no se efectuase la aportación a X, en la venta al Inversor A tendría derecho a la aplicación de la exención prevista en el artículo 21 de la Ley 27/2014, mientras que B y C tendrían una pérdida patrimonial, puesto que adquirieron las acciones de la entidad consultante a un precio superior a su valor normal de mercado.En relación con la operación de escisión, la mejor opción para favorecer la incorporación de uno o varios inversores es la escisión de la sociedad en favor de varias sociedades, cada una de las cuales recibiría distintas tipologías de activos y la deuda garantizada por dichos activos. Con la escisión parcial de la entidad consultante, se adjudicaría a P1 los inmuebles que la sociedad tiene en alquiler, así como una parcela para la construcción de oficinas que también se destinarán al alquiler. También se atribuirían a P1, los pasivos que con independencia de su origen y destino, quedaron garantizados por los inmuebles que ahora recibe P1 en la escisión tras las sucesivas refinanciaciones de la deuda de la entidad consultante, deuda cuyo importe es superior al valor neto contable de los activos. Es posible que parte de los empleados de la entidad consultante que actualmente están vinculados con el negocio de alquiler de oficinas pasasen a la plantilla de P1, en caso contrario continuarían en la entidad consultante y P1 firmaría un contrato de gestión con aquella.En la entidad consultante quedarían los activos afectos a las actividades que no son el arrendamiento de oficinas (viviendas terminadas y parcelas para la construcción de viviendas, los suelos pendientes de desarrollo y la participación en una serie de sociedades cuyo objeto social es la promoción inmobiliaria y cuyo activo está compuesto por suelo, así como parte del personal).Por la tipología de activos, es posible que P1 opte por el régimen de SOCIMIS, puesto que la admisión a cotización de la sociedad daría liquidez al inversor que decida adquirir una participación, y por otro, ampliaría el abanico de potenciales inversores, pues convertiría las participaciones de P1 en un activo apto para la inversión de otras SOCIMIS.Las participaciones de P1 se adjudicarían al accionista único de X.Por otra parte, la forma en que la sociedad pretende instrumentar la entrada del inversor es la aportación de un 20% del importe de inversión comprometido mediante una ampliación de capital de P1, mientras el 80% del importe de inversión comprometido se utilizaría para comprarle a X participaciones de P1. Con el importe obtenido en la venta, X prestará apoyo financiero a la entidad consultante para la reestructuración de la venta.Finalmente, se plantea realizar una operación de escisión total de la entidad consultante a favor de dos sociedades. P2 recibiría suelo urbano para la promoción de viviendas, una parcela de uso deportivo y los pasivos garantizados por los activos, mientras que P3 recibiría producto terminado, solares y viviendas, y suelo rústico para su desarrollo a más largo plazo. Asimismo, P3 recibiría la participación en una serie de sociedades cuyo objeto social es la promoción inmobiliaria y cuyo activo está compuesto única y exclusivamente por suelo. En todo caso, se trata de entidades residentes en territorio español cuya participación es superior al 5% salvo la participación del 50% en una entidad de nacionalidad dominicana. Las participaciones de P2 y P3 se adjudicarían al accionista único de la entidad consultante X.</p>
Cuestión planteada: 
<p>1º) Si las operaciones descritas de canje de valores y escisión parcial reúnen los requisitos necesarios para la aplicación del régimen fiscal previsto en el Capítulo VII del Título VII de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades.2º) Si cambiaría la consideración en función de si los empleados pasan a P1 o si se quedan en la entidad consultante con un contrato de gestión.3º) Si puede entenderse que las deudas que, tras la última refinanciación, garantizan los activos traspasados a P1 son deudas contraídas para la organización o el funcionamiento de los elementos que se traspasan en los términos del artículo 76.4 de la Ley 27/2014, del Impuesto sobre Sociedades, aunque no sea posible identificar la deuda concreta que sirvió para la financiación de los distintos activos.4º) Si la operación de escisión total reúne los requisitos necesarios para la aplicación del régimen fiscal previsto en el Capítulo VII del Título VII de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades.5º) Si en la venta de participaciones de P1 por VP, sería aplicable la exención prevista en el artículo 21.3 de la Ley 27/2014 a las participaciones recibidas en el canje de valores y la posterior escisión de la entidad consultante.</p>
Contestación completa: 

1º) En primer lugar, se plantea la realización de una operación consistente en la aportación de acciones de la entidad consultante por parte de A, B, C, D y E a la entidad x.

El capítulo VII del título VII de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre del Impuesto sobre Sociedades (en adelante LIS), regula el régimen especial de las operaciones de fusión, escisión, aportación de activos, canje de valores y cambio de domicilio social de una Sociedad Europea o una Sociedad Cooperativa Europea de un Estado miembro a otro de la Unión Europea.

El artículo 76.5 de la LIS, establece que:

“(..)

5. Tendrá la consideración de canje de valores representativos del capital social la operación por la cual una entidad adquiere una participación en el capital social de otra que le permite obtener la mayoría de los derechos de voto en ella, o, si ya dispone de dicha mayoría, adquirir una mayor participación, mediante la atribución a los socios, a cambio de sus valores, de otros representativos del capital social de la primera entidad y, en su caso, de una compensación en dinero que no exceda del 10 por ciento del valor nominal o, a falta de valor nominal, de un valor equivalente al nominal de dichos valores deducido de su contabilidad.”

A su vez, el artículo 80.1 de la LIS condiciona la aplicación del régimen fiscal del canje de valores al cumplimiento de dos requisitos:

“1. No se integrarán en la base imponible de este Impuesto, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o del Impuesto sobre la Renta de no Residentes, las rentas que se pongan de manifiesto con ocasión del canje de valores, siempre que cumplan los requisitos siguientes:

a) Que los socios que realicen el canje de valores residan en territorio español o en el de algún otro Estado miembro de la Unión Europea o en el de cualquier otro Estado siempre que, en este último caso, los valores recibidos sean representativos del capital social de una entidad residente en España.

Cuando el socio tenga la consideración de entidad en régimen de atribución de rentas, no se integrará en la base imponible de las personas o entidades que sean socios, herederos, comuneros o partícipes en dicho socio, la renta generada con ocasión del canje de valores, siempre que a la operación le sea aplicación el régimen fiscal establecido en el presente Capítulo o se realice al amparo de la Directiva 2009/133/CEE del Consejo de 19 de octubre relativa al régimen fiscal común aplicable a las fusiones, escisiones, escisiones parciales, aportaciones de activos y canje de valores realizados entre sociedades de diferentes Estados miembros y al traslado del domicilio social de una SE o una SCE de un Estado miembro a otro, y los valores recibidos por el socio conserven la misma valoración fiscal que tenían los canjeados.

b) Que la entidad que adquiera los valores sea residente en territorio español o esté comprendida en el ámbito de aplicación de la Directiva 2009/133/CEE.

2. Los valores recibidos por la entidad que realiza el canje de valores se valorarán, a efectos fiscales, por el valor fiscal que tenían en el patrimonio de los socios que efectúan la aportación, según las normas de este Impuesto, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o del Impuesto sobre la Renta de no Residentes, manteniéndose, igualmente, la fecha de adquisición de los socios aportantes.

(..).

3. Los valores recibidos por los socios se valorarán, a efectos fiscales, por el valor fiscal de los entregados, determinado de acuerdo con las normas de este Impuesto, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o del Impuesto sobre la Renta de no Residentes, según proceda. Esta valoración se aumentará o disminuirá en el importe de la compensación complementaria en dinero entregada o recibidas.”

A la vista de lo expuesto en el escrito de consulta, en la medida en que la entidad beneficiaria (la entidad x) adquiera participaciones en el capital social de otra (la entidad consultante) que le permite obtener la mayoría de los derechos de voto de la misma (en concreto el 100 por ciento, salvo que la persona física C no pudiera aportarlas por no obtener la autorización judicial), y concurran el resto de las circunstancias del artículo 80 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades anteriormente citadas, se podrá aplicar a la operación planteada el régimen especial previsto en el capítulo VII del título VII de la LIS, en las condiciones y con los requisitos establecidos en dicha normativa.

2º) En segundo lugar, se plantea la realización de una operación de escisión parcial en virtud de la cual la entidad consultante escindiría la rama de actividad de arrendamiento a una entidad de nueva creación P1, adjudicando a esta última entidad los inmuebles que la sociedad tiene en alquiler, así como una parcela para la construcción de oficinas que también destinarán al alquiler, también se atribuirían a P1 los pasivos que, quedaron garantizados por los inmuebles que reciba P1. Por otra parte, es posible que parte de los empleados que actualmente están vinculados con el negocio de alquiler de oficinas pasasen a la plantilla de P1. En la entidad consultante, permanecerá la actividad de promoción inmobiliaria.

En relación con la operación planteada en el escrito de consulta, el artículo 76.2.1º.b) de la LIS considera escisión la operación por la cual “una entidad segrega una o varias partes de su patrimonio social que formen ramas de actividad y las transmite en bloque a una o varias entidades de nueva creación o ya existentes, manteniendo en su patrimonio al menos una rama de actividad en la entidad transmitente, o bien participaciones en el capital de otras entidades que le confieran la mayoría del capital social de estas, recibiendo a cambio valores representativos del capital social de la entidad adquirente, que deberán atribuirse a sus socios en proporción a sus respectivas participaciones, reduciendo el capital social y reservas en la cuantía necesaria, y, en su caso, una compensación en dinero en los términos de la letra anterior”.

En el ámbito mercantil, los artículos 68 y siguientes de la Ley 3/2009, de 3 de abril, sobre modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles, establecen, desde el punto de vista mercantil, el concepto y los requisitos de las operaciones de escisión. Concretamente el artículo 70 de la citada Ley define el concepto de escisión parcial, así: “Se entiende por escisión parcial el traspaso en bloque por sucesión universal de una o varias partes del patrimonio de una sociedad, cada una de las cuales forme una unidad económica, a una o varias sociedades de nueva creación o ya existentes, recibiendo los socios de la sociedad que se escinde un número de acciones, participaciones o cuotas sociales de las sociedades beneficiarias de la escisión proporcional a su respectiva participación en la sociedad que se escinde y reduciendo ésta el capital social en la cuantía necesaria”. En el caso de una escisión parcial simplificada no serían necesarios el informe de los administradores sobre el proyecto de escisión, el informe de expertos independientes ni el balance de escisión de la consultante de conformidad con lo establecido en el artículo 78 de la citada Ley.

Por tanto, si el supuesto de hecho a que se refiere la consulta se realiza en el ámbito mercantil al amparo de lo dispuesto en la Ley 3/2009, y cumple lo dispuesto en el artículo 76.2 de la LIS, dicha operación podría acogerse al régimen fiscal establecido en el capítulo VII del título VII de la LIS en las condiciones y requisitos exigidos en el mismo.

A estos efectos, en la medida en que, los socios de la entidad escindida participen en el capital de la entidad beneficiaria de la escisión con los mismos porcentajes de participación existentes en la primera, la operación se puede entender apta a los efectos de la aplicación del régimen fiscal especial.

A su vez, el artículo 76.4 de la LIS establece que:

“4. Se entenderá por rama de actividad el conjunto de elementos patrimoniales que sean susceptibles de constituir una unidad económica autónoma determinante de una explotación económica, es decir, un conjunto capaz de funcionar por sus propios medios. Podrán ser atribuidas a la entidad adquirente las deudas contraídas para la organización o el funcionamiento de los elementos que se traspasan.”

Así pues, sólo aquellas operaciones de escisión parcial en las que el patrimonio segregado constituya una unidad económica y permita por sí mismo el desarrollo de una explotación económica en sede de la adquirente, manteniéndose asimismo bajo la titularidad de la entidad escindida elementos patrimoniales que igualmente constituyan una o varias ramas de actividad o bien participaciones en el capital de otras entidades que le confieran la mayoría del capital social de estas, podrán disfrutar del régimen especial del capítulo VII del título VII de la LIS. Ahora bien, tal concepto fiscal no excluye la exigencia, implícita en los conceptos de “rama de actividad” y de “unidad económica”, de que la actividad económica que la adquirente desarrollará de manera autónoma exista también previamente en sede de la transmitente, permitiendo así la identificación de un conjunto patrimonial afectado o destinado a la misma.

El propio concepto de rama de actividad requiere la existencia de una organización empresarial diferenciada para cada conjunto patrimonial, que determine la existencia autónoma de una actividad económica que permita identificar un conjunto patrimonial afectado o destinado a la misma, lo cual exige que esta autonomía sea motivada por la diferente naturaleza de las actividades desarrolladas por cada rama o, existiendo una única actividad, en función del destino y naturaleza de estos elementos patrimoniales, que requiera de una organización separada como consecuencia de las especialidades existentes en su explotación económica que exija de un modelo de gestión diferenciado determinante de diferentes explotaciones económicas autónomas.

En el supuesto concreto planteado, la entidad consultante manifiesta desarrollar dos actividades diferenciadas, la actividad de promoción inmobiliaria y de arrendamiento de inmuebles. Así, la consultante segregará y transmitirá a una sociedad de nueva creación la parte de su patrimonio empresarial que constituye la actividad arrendamiento a la entidad P1, manteniendo en sede de la entidad escindida la actividad de promoción inmobiliaria.

Debe tenerse en cuenta que el concepto de “rama de actividad” no es un concepto acuñado autónomamente por el legislador español, sino que se deriva de la trasposición de la Directiva 2009/133/CE del Consejo, de 19 de octubre de 2009, relativa al régimen fiscal común aplicable a las fusiones, escisiones, escisiones parciales, aportaciones de activos y canjes de acciones realizados entre sociedades de diferentes Estados miembros y al traslado del domicilio social de una SE o una SCE de un Estado miembro a otro. En este sentido la letra j) del artículo 2 de la referida Directiva considera “rama de actividad” el conjunto de elementos de activo y de pasivo de una división de una sociedad que constituyen desde el punto de vista de la organización una explotación autónoma, es decir, un conjunto capaz de funcionar por sus propios medios.

Esto significa que el concepto de “rama de actividad” no debe ser equiparado, en todos sus sentidos, al concepto de actividad económica, tal y como lo define el apartado 1 del artículo 5 de la LIS, y tampoco restringirse a los criterios establecidos en el párrafo segundo del referido apartado, para considerar que, en el caso concreto de una actividad de arrendamiento de inmuebles, deba cumplirse el referido requisito como condición sine qua non para que la misma tenga la consideración de rama de actividad a los efectos que aquí nos ocupan, teniendo en cuenta que dicho requisito en ningún caso viene establecido en la citada Directiva.

Por tanto, una interpretación razonable y acorde con los principios y conceptos reconocidos en la Directiva 2009/133/CE respecto del concepto de “rama de actividad” requiere analizar, caso por caso, la posible existencia de un conjunto patrimonial susceptible de funcionar por sus propios medios, perfectamente identificado en sede de la entidad transmitente y que, desde el punto de vista organizativo, constituya una explotación autónoma, pero sin que, en el supuesto concreto de la realización de una actividad de arrendamiento, se considere imprescindible la aplicación de lo señalado en el artículo 5 de la LIS.

En consecuencia, en la medida en que el patrimonio transmitido determine la existencia de una explotación económica, es decir, un conjunto capaz de operar por sus propios medios, en sede de la sociedad transmitente, que se segrega y transmite a la entidad adquirente, de tal manera que ésta pueda seguir realizando la misma actividad en condiciones análogas, e igualmente en la entidad transmitente se mantenga otra explotación económica que le permita seguir realizando la misma actividad que ya venía realizando determinante de una rama de actividad, la operación a que se refiere la consulta cumpliría los requisitos formales del artículo 76.2 de la LIS para acogerse al régimen fiscal especial del capítulo VII del título VII del mismo texto legal.

Estas circunstancias parecen cumplirse en el caso planteado, en el que la entidad consultante parece contar con una organización diferenciada de medios materiales y humanos necesarios que permiten desarrollar la actividad de arrendamiento, que transmitirá a la sociedad de nueva creación, manteniéndose en la entidad consultante tras la escisión la actividad relativa a la promoción inmobiliaria que igualmente parece contar con la necesaria gestión y organización de medios materiales y personales, autónoma y diferenciada del resto del patrimonio que se segrega y transmite por lo que la operación de escisión planteada podrá acogerse al régimen fiscal especial previsto en el capítulo VII del título VII de la LIS.

Por otra parte, el hecho de que exista algún elemento que permanece en la entidad consultante no desvirtúa el concepto de rama de actividad, en la medida en que la misma se continúe realizando en la entidad beneficiaria. Así, como ocurre en el caso planteado, alguno de los empleados que realiza la actividad de alquiler puede permanecer en la entidad escindida, siempre que la rama que se escinde cumpla los requisitos previstos en el artículo 5 de la LIS. Tampoco se ve afectado el concepto de rama de actividad por el hecho de que se produzca una contratación posterior de los servicios centrales de la actividad, que permanecen en la entidad consultante, por cuanto la actividad se realiza en condiciones análogas antes y después de la operación de escisión parcial. Por tanto, de acuerdo con los datos aportados, se considera que el patrimonio transmitido tiene la consideración de rama de actividad.

Igualmente, de acuerdo con los datos señalados, la entidad consultante mantiene, al menos, una rama de actividad en su patrimonio, constituido por todo el negocio de promoción inmobiliaria conjuntamente con los medios materiales y personales encargados de su gestión, por lo que se entienden cumplidos los requisitos establecidos en el artículo 76, apartados 2 y 4 de la LIS para la aplicación del régimen fiscal especial. En cualquier caso, la concurrencia de gestión y organización diferenciada para la existencia de ramas de actividad, son cuestiones de hecho que el contribuyente deberá acreditar por cualquier medio de prueba admitido en Derecho y cuya valoración corresponderá, en su caso, a los órganos competentes en materia de comprobación de la Administración tributaria.

3º) En tercer lugar, se plantea la realización de una operación de escisión total de la entidad consultante en favor de dos sociedades P2 y P3.

Al respecto, el artículo 76.2.1ºa) de la LIS define la escisión total como aquella operación por la cual “una entidad divide en dos o más partes la totalidad de su patrimonio social y los transmite en bloque a dos o más entidades ya existentes o nuevas, como consecuencia de su disolución sin liquidación, mediante la atribución a sus socios, con arreglo a una norma proporcional, de valores representativos del capital social de las entidades adquirentes de la aportación y, en su caso, de una compensación en dinero que no exceda del 10 por ciento del valor nominal o, a falta de valor nominal, de un valor equivalente al nominal de dichos valores deducido de su contabilidad.”

En el ámbito mercantil, el artículo 69 y 72 de la Ley 3/2009, de 3 de Abril, sobre modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles, establecen, desde un punto de vista mercantil, el concepto y los requisitos de las operaciones de escisión. Concretamente el artículo 69 de la citada Ley, define el concepto de escisión total, así: “Se entiende por escisión total la extinción de una sociedad, con división de todo su patrimonio en dos o más partes, cada una de las cuales se transmite en bloque por sucesión universal a una sociedad de nueva creación o es absorbida por una sociedad ya existente, recibiendo los socios un número de acciones, participaciones o cuotas de las sociedades beneficiarias proporcional a su respectiva participación en la sociedad que se escinde.”

En consecuencia, si el supuesto de hecho al que se refiere la consulta se realiza en el ámbito mercantil al amparo de lo dispuesto en el artículo 69 de la Ley 3/2009 anteriormente mencionado, cumpliría en principio, las condiciones establecidas en la Ley del Impuesto sobre Sociedades para ser considerada como una operación de escisión total a que se refiere el artículo 76.2 de la LIS.

No obstante, el artículo 76.2.2º de la LIS, señala que “en los casos en que existan dos o más entidades adquirentes, la atribución a los socios de la entidad que se escinde de valores representativos del capital de alguna de las entidades adquirentes en proporción distinta a la que tenían en la que se escinde requerirá que los patrimonios adquiridos por aquellas constituyan ramas de actividad.”

En el caso concreto planteado, puesto que la entidad escindida consultante, en principio sólo tiene un socio X (salvo que finalmente E no aportara a X sus participaciones) que recibirá la totalidad de las participaciones de las entidades beneficiarias de la operación de escisión total, al no alterarse, por tanto la regla de la proporcionalidad, no se requiere que los patrimonios escindidos constituyan ramas de actividad. Por tanto, al cumplirse los requisitos establecidos en el artículo 76.2.1º.a) de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades, la operación descrita podrá acogerse al régimen fiscal especial del capítulo VII del título VII del mismo texto legal.

Adicionalmente, la aplicación del régimen especial exige analizar lo dispuesto en el artículo 89.2 de la LIS, según el cual:

“2. No se aplicará el régimen establecido en el presente capítulo cuando la operación realizada tenga como principal objetivo el fraude o la evasión fiscal. En particular, el régimen no se aplicará cuando la operación no se efectúe por motivos económicos válidos, tales como la reestructuración o la racionalización de las actividades de las entidades que participan en la operación, sino con la mera finalidad de conseguir una ventaja fiscal.

(…)”

Este precepto recoge de forma expresa la razón de ser del régimen especial de las operaciones de fusión, escisión, aportación de activos, canje de valores y cambio de domicilio social de una Sociedad Europea o una Sociedad Cooperativa Europea de un Estado miembro a otro, que justifica que a las mismas les sea de aplicación dicho régimen en lugar del régimen general establecido para esas mismas operaciones en el artículo 17 de la LIS. El fundamento del régimen especial reside en que la fiscalidad no debe ser un freno ni un estímulo en las tomas de decisiones de las empresas sobre operaciones de reorganización, cuando la causa que impulsa su realización se sustenta en motivos económicos válidos, en cuyo caso la fiscalidad quiere tener un papel neutral en esas operaciones.

Por el contrario, cuando la causa que motiva la realización de dichas operaciones es meramente fiscal, esto es, su finalidad es conseguir una ventaja fiscal al margen de cualquier razón económica diferente, no es de aplicación el régimen especial.

En el escrito de consulta se indica que la operación proyectada se realiza con la finalidad de encontrar inversores que permitan reducir la exposición a la deuda bancaria de la entidad consultante, aislar en un vehículo societario los activos en los que están interesados los potenciales inversores. El motivo por el que no se da entrada al inversor vía ampliación de capital, sino mediante una fórmula mixta de ampliación de capital y venta de participaciones es que el importe obtenido en la venta se destinará al negocio de la entidad consultante. Por otra parte, en la venta al inversor GG tendría derecho en su caso a la aplicación de la exención prevista en el artículo 21 de la LIS, mientras que las personas físicas A y B tendrían una pérdida patrimonial. Por otra parte, la entidad P1 va a optar por el régimen de SOCIMI.

En relación con la operación de canje de valores, la finalidad de dicha operación es asegurar que X tenga el control de P1, P2 y P3, evitando así que el Inversor que va adquirir una participación en P1 pudiese tener una posición de control. La escisión total, tiene por objeto separar el suelo urbano para la promoción de viviendas y una parcela de uso deportivo, del producto terminado y suelo rústico para su desarrollo a más largo plazo, con el fin de que esta separación de activos pueda tener atractivo para inversores en relación con el suelo urbano.

En el presente caso, la realización de las operaciones de reestructuración planteadas posibilita que la transmisión por parte de X de las participaciones en P1 pueda acogerse al régimen de exención previsto en el artículo 21 de la LIS, pero no las personas físicas que participan en la consultante si hubieran transmitido directamente sus participaciones en esta última. Sin embargo, de acuerdo con los hechos manifestados en el escrito de la consulta si las personas físicas hubieran transmitido sus participaciones en la consultante hubieran incurrido en una pérdida patrimonial, por tanto, las operaciones de reestructuración no tienen por finalidad conseguir una ventaja fiscal al margen de cualquier otra razón económica diferente. No obstante lo anterior, dichas circunstancias son cuestiones de hecho que deberán probarse por cualquier medio de prueba ante los órganos competentes en materia de comprobación de la Administración Tributaria. En conclusión, en la medida en la que las operaciones no persiguen la obtención de una ventaja fiscal en la transmisión de las acciones de P1, los motivos alegados se consideran económicamente válidos a los efectos previstos en el artículo 89.2 de la LIS.

4º) Por último la consulta plantea si la entidad X se podrá beneficiar, en el momento de la transmisión de su participación en P1, de la exención del artículo 21 de la LIS, que dispone que:

“1. Estarán exentos los dividendos o participaciones en beneficios de entidades, cuando se cumplan los siguientes requisitos:

a) Que el porcentaje de participación, directa o indirecta, en el capital o en los fondos propios de la entidad sea, al menos, del 5 por ciento o bien que el valor de adquisición de la participación sea superior a 20 millones de euros.

La participación correspondiente se deberá poseer de manera ininterrumpida durante el año anterior al día en que sea exigible el beneficio que se distribuya o, en su defecto, se deberá mantener posteriormente durante el tiempo necesario para completar dicho plazo. Para el cómputo del plazo se tendrá también en cuenta el período en que la participación haya sido poseída ininterrumpidamente por otras entidades que reúnan las circunstancias a que se refiere el artículo 42 del Código de Comercio para formar parte del mismo grupo de sociedades, con independencia de la residencia y de la obligación de formular cuentas anuales consolidadas.

(…)

3. Estará exenta la renta positiva obtenida en la transmisión de la participación en una entidad, cuando se cumplan los requisitos establecidos en el apartado 1 de este artículo. El mismo régimen se aplicará a la renta obtenida en los supuestos de liquidación de la entidad, separación del socio, fusión, escisión total o parcial, reducción de capital, aportación no dineraria o cesión global de activo y pasivo.

El requisito previsto en la letra a) del apartado 1 de este artículo deberá cumplirse el día en que se produzca la transmisión. El requisito previsto en la letra b) del apartado 1 deberá ser cumplido en todos y cada uno de los ejercicios de tenencia de la participación.

(…)

4. En los siguientes supuestos, la aplicación de la exención prevista en el apartado anterior tendrá las especialidades que se indican a continuación:

a) Cuando la participación en la entidad hubiera sido valorada conforme a las reglas del régimen especial del Capítulo VII del Título VII de esta Ley y la aplicación de dichas reglas, incluso en una transmisión anterior, hubiera determinado la no integración de rentas en la base imponible de este Impuesto, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o del Impuesto sobre la Renta de no Residentes, derivadas de:

1.ª La transmisión de la participación en una entidad que no cumpla el requisito de la letra a) o, total o parcialmente al menos en algún ejercicio, el requisito a que se refiere la letra b) del apartado 1 de este artículo.

2.ª La aportación no dineraria de otros elementos patrimoniales distintos a las participaciones en el capital o fondos propios de entidades.

En este supuesto, la exención sólo se aplicará sobre la renta que corresponda a la diferencia positiva entre el valor de transmisión de la participación en la entidad y el valor de mercado de aquella en el momento de su adquisición por la entidad transmitente, en los términos establecidos en el apartado 3. En los mismos términos se integrará en la base imponible del período la renta diferida con ocasión de la operación acogida al Capítulo VII del Título VII de esta Ley, en caso de aplicación parcial de la exención prevista en el apartado anterior.

(…)

5. No se aplicará la exención prevista en el apartado 3 de este artículo:

a) A aquella parte de las rentas derivadas de la transmisión de la participación, directa o indirecta, en una entidad que tenga la consideración de entidad patrimonial, en los términos establecidos en el apartado 2 del artículo 5 de esta Ley, que no se corresponda con un incremento de beneficios no distribuidos generados por la entidad participada durante el tiempo de tenencia de la participación.

(…)”

En relación con el requisito previsto en la letra a) del apartado 1 del artículo 21 de la LIS, relativo al porcentaje de participación, el mismo se cumple de acuerdo con los hechos contenidos en el escrito de la consulta. En la medida en la que la entidad VP transmita al menos un 5% en la entidad P1, ostentado de manera ininterrumpida durante el año anterior a la transmisión, se entenderá cumplido el requisito previsto en el artículo 21.1.a) de la LIS.

No es preciso analizar el requisito establecido en la letra b) del artículo 21.1 de la LIS puesto que la entidad P1 es residente en territorio español.

En definitiva, en los términos previamente analizados, la entidad X podrá aplicar la exención del artículo 21 de la LIS respecto de las rentas obtenidas como consecuencia de la transmisión de su participación en la sociedad P1. No obstante, la regla especial contenida en la letra a) el apartado 4 del mencionado artículo 21 de la LIS no resultará de aplicación en la medida en la que la participación en P1 ha sido adquirida como consecuencia de una operación de escisión de la entidad consultante, acogida al régimen especial del capítulo VII del título VII de la LIS, en la que X participaba en el 100%, por lo que si esta última hubiera transmitido directamente la participación en la consultante también habría tenido el derecho a la aplicación del régimen de exención.

La presente contestación se realiza conforme a la información proporcionada por el consultante, sin tener en cuenta otras circunstancias no mencionadas, que pudieran tener relevancia en la determinación del propósito principal de la operación proyectada, de tal modo que podría alterar el juicio de la misma, lo que podrá ser objeto de comprobación administrativa a la vista de la totalidad de las circunstancias previas, simultáneas y posteriores concurrentes en la operación realizada.

Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria.